El hipertiroidismo felino es una enfermedad que afecta a más del 10% de los gatos mayores de 10 años.
Se produce por el desarrollo en la glándula tiroides de hiperplasias o tumores benignos (en el 98% de los casos) o tumores malignos (en el 2%). El tejido neoplásico es hiperactivo y produce un aumento en la secreción de las hormonas tiroideas (T4 y T3).
El exceso de hormona tiroidea acelera la mayoría de los procesos corporales y causa gradualmente los signos clínicos que son evidentes para la mayoría de los propietarios. Los síntomas pueden ser inespecíficos y muy variables, y a veces los atribuimos a que nuestro gato se “está haciendo mayor”.
Pueden adelgazar a pesar de tener buen apetito, vómitos y diarrea, o beber y orinar mucho. También podemos notar cambios de comportamiento, como que estén continuamente inquietos o nerviosos, con hiperactividad nocturna o maullidos excesivos. A veces pueden estar apáticos, presentar dificultad respiratoria o jadeos.