Existen diversas terapias para el tratamiento: tratamiento médico, tratamiento dietético, tratamiento quirúrgico y tratamiento con yodo radiactivo (I131). (Tabla comparativa tratamientos Hiertiroidismo felino)
En general pueden clasificarse como terapias sintomáticas (bloquean la sobreproducción de hormonas aliviando los síntomas, pero sin eliminar el tejido tumoral) o tratamientos curativos (eliminan el tejido tumoral que produce el aumento de hormonas).
El tratamiento médico consiste en administrar metimazol (de una a tres veces por día) durante toda la vida del paciente. Es un tratamiento sintomático, que controla los signos de hipertiroidismo bloqueando la producción de hormona tiroidea, pero que no elimina el tejido tumoral. Para mantener los niveles hormonales en valores normales el tratamiento tiene que ser estricto y debe de ajustarse regularmente la dosis (con analíticas cada 3 o 6 meses), ya que el tumor sigue creciendo y produciendo más hormonas cada vez. En ocasiones, el tumor puede llegar a producir tal cantidad de hormonas tiroideas que el tratamiento no puede bloquearlas (reapareciendo el hipertiroidismo clínico); En algunos casos, incluso, el tejido tiroideo benigno podría transformarse en maligno si no se elimina. Por otra parte, aunque la terapia médica funciona en la mayoría de los gatos, pueden presentarse con frecuencia reacciones leves (letargo, anorexia, vómitos) y, raramente, reacciones adversas graves (prurito facial, fallo hepático o alteraciones en la médula ósea) que imposibilitan su utilización. También, en algunos gatos, puede ser difícil o imposible administrar regularmente la medicación.
La terapia dietética con dietas bajas en yodo es también un tratamiento sintomático que puede ayudar a controlar los niveles de hormonas tiroideas, pero que no tiene efectos sobre el tumor. La dieta se debe de administrar de forma estricta (único alimento que puede ingerir el gato) y durante toda la vida del paciente. Esta dieta es rica en hidratos de carbono y baja en proteína, por lo que no sería lo más indicado en pacientes geriátricos e, incluso, pueden estar contraindicadas si el paciente es diabético. Otros problemas que pueden presentarse son el rechazo a la dieta por algunos gatos y la dificultad de aplicar la dieta en ambientes multi-gato. Finalmente, al no eliminar el tejido tumoral presenta los mismos problemas a largo plazo que la medicación: el tumor sigue creciendo y produciendo cada vez más hormonas, por lo que llega a no ser efectiva para controlar la enfermedad; y, en algunos casos, el tejido tiroideo benigno podría transformarse en maligno.
La cirugía es generalmente un tratamiento efectivo para la cura del hipertiroidismo, siempre que sea posible extirpar todo el tejido hiperfuncional. En algunos gatos hipertiroideos esto puede ser complicado, al localizarse los tumores en la cavidad torácica (por desplazamiento de lóbulos tumorales o por tumores en tejido ectópico intratorácico). Existe un riesgo considerable, si no se extirpa todo el tejido hiperplásico, de que el hipertiroidismo no se cure completamente o que vuelva a presentarse (recidiva) a corto-medio plazo. Además, al tratarse de una técnica invasiva puede presentar algunas complicaciones y efectos secundarios indeseados. Muchos gatos con hipertiroidismo tienen problemas cardíacos y, por lo tanto, tienen más riesgos con la anestesia. También existe un riesgo considerable de que se produzcan daños durante la cirugía en las glándulas paratiroides (cuatro glándulas pequeñas ubicadas dentro o adyacentes a la tiroides), lo que resulta en hipocalcemia (bajo nivel de calcio en la sangre); esta complicación puede ser potencialmente mortal y dar lugar a gastos de hospitalización adicionales. Finalmente, aquellos gatos con tumores bilaterales en los que hay que extirpar ambos lóbulos tiroideos (tejido sano e hiperfuncional) suelen desarrollar hipotiroidismo después de la cirugía, por lo que requieren tratamiento con suplemento de hormona tiroidea.
El tratamiento con yodo radiactivo se realiza mediante una única inyección subcutánea de I131 que destruye de forma selectiva y definitiva el tejido tumoral tiroideo. No precisa anestesia y su principal desventaja es que su gato tiene que permanecer hospitalizado entre 3-5 días para eliminar la radiación. Cuando se realiza con dosis personalizadas a las necesidades del paciente, su efectividad (tasa de curación con una sola dosis) supera el 95% (100% de los casos aplicando una dosis adicional) y minimiza notablemente (<5% de los casos) el riesgo de provocar hipotiroidismo. Un tratamiento simple, que cura de manera efectiva (definitiva) y segura (sin riesgos ni efectos secundarios) el hipertiroidismo felino. El mejor tratamiento que puede ofrecer a su gato hipertiroideo.