Una vez que su gato ha sido tratado no debe hacer nada más que dormir, comer y jugar, mientras que la radiación se disipa a niveles seguros.
Como amantes de los gatos, somos conscientes de sus necesidades especiales y del lazo afectivo que nos une a ellos. Procuramos que durante la estancia en nuestro centro disfruten de un ambiente agradable y que sus propietarios puedan pasar por esta experiencia con total tranquilidad. Para ello, IODOCAT dispone de una sala especialmente diseñada para asegurar el bienestar de nuestros pacientes, ajustada a la normativa de seguridad que marca el Consejo de Seguridad Nuclear español.
Su gato estará alojado en un recinto individual con puerta transparente y diversas zonas: una zona de descanso con cama, comedero y bebedero; una plataforma elevada, para gatos curiosos; y un lugar donde esconderse (especialmente importante en gatos tímidos). El arenero se encuentra en un habitáculo independiente.
Para ayudar a mantener a los gatos entretenidos la sala cuenta con música relajante y pantalla de TV con videos de entretenimiento felino.
Durante su estancia, le visitamos dos o tres veces al día para prestarles todas las atenciones necesarias: alimentación, limpieza de arenero y control médico y, por supuesto, todo el cariño y juegos que permiten las normas de seguridad.
Cada día nuestro personal monitoriza y registra el nivel de hidratación, el apetito, la sed, la micción, las defecaciones y la actitud general de su gato. Además, se realiza una medición de la radioactividad emitida por la glándula tiroides de su gato para asegurarnos de que la captación de I131 ha sido efectiva para la curación de la enfermedad y determinar cuándo el gato está listo para irse a casa.